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solo un hilo

Cada cual a su tiempo podrá aceptar y decir que no.
claro, no es fácil, pero se podrá decir
cada cual buscará el hilo pequeño del que tirar
y saldrán
las palomas que estuvieron dormidas,
los ríos estancados
la luz de los pasados,
los sobres con las cartas que no fueron,
los vestidos bordados,
las sillas arruinadas,
la mar esperando mojarnos,
las ollas carcomidas de los días con hambre,
los libros olvidados debajo de la lluvia,
los lápices sin punta,
los faroles brillantes en medio de las noches del frío,
la soledad y el miedo,
las lágrimas y el grito,
los pesados postigos,
las vigas del silencio.
el sonido del mar irreal.
Y entonces sí se podrá andar: es increíble el espacio que ocupan las cosas tan dejadas.
Decir que no.
Y el camino -como fuera- continuará.
Porque todo en la vida continúa, sigue su rumbo
y otra vez vuelve a salir el sol para caer.
Solo hay que hallar el hilo.
Y tirar.
Con la seguridad de quien desea una vida prolongada de amor debajo de este sol y estas montañas.

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