y tocó tomar un té... así se reinicia.
Pongo mi corazón alucinado en esta taza.
Y le echo agua hirviendo para que se haga una tisana con esas plumas nuevas.
Dicen que la infusión de plumas de corazón alucinado son capaces de revertir el sentido del viento para que salga el sol sobre las últimas llanuras amazónicas.
Ya estoy bastante loquita.
Y tengo los párpados cansados de verme repetida al infinito.
¿Será esa la deuda con la muerte o habrá otra forma para salir del laberinto?
El corazón alucinado bulle en el agua que hierve y llena el borde de la taza, pero no puedo verlo.
Todos mis ojos están puestos en la forma que asume la verdad entre puntada y tela.
¿Por qué volver del sueño cuesta tamaña sangre?
he visto inception
En esta película, uno despierta a la realidad si cae a través de una patada!
Pero, no basta una patada para salir de ahí de lo agazapada que una esta.
se necesitan lluvias de patadas, para caer, para despertar!
¿Por qué no puede ser más simple la tormenta en el mar que, ciegos, navegamos?
Lo que mi corazón alucinado en agua hirviendo dice es que quiero creer, quiero estar viva, quiero negar esta vez el abismo: el mío personal.
Atrás gritan las viejas bocas las palabras de siempre.
Y el futuro es una niebla de sapos, de guerreros dormidos, de furores cansados y algún que otro jilguero.
A veces el amor tiene rodillas rotas y sin embargo continúa el camino, sangrando, con los ojos llorados; con la esperanza que agoniza en los dedos. Él sigue: va cambiando sus viejas vestiduras y persiste de desastre en desastre para que, a veces, se estrenen maravillas.
Y los jilgueros en la línea de bruma de la tarde cantan.
Todavía.
Su canto es verdadero.
Porque no hay otra cosa que la verdad para cantar.
Es la única flor que los siglos mantienen intacta aunque caiga la lluvia.
La tristeza es una trampa húmeda y las tisanas de corazón alucinado saben a muerto pronto.
Desde el alcázar del dolor no se ve la mañana.
Hay que curar esto con palabras que sepan a verdad.
Lo demás es el agua que queda en el fondo de la taza: congelada, vacía y corre veloz por el caño a la calle.
El amor tiene rodillas rotas, pero camina.
Con sus vestidos de ayer, con los de ahora: siempre camina.
Siempre: es decir, todos los días que me quedan en esta frágil vida.
camina y oh afortunadamente todo cambia.
no tengo remedio! así despierte echo a soñar algo nuevo.
pero por ahora... me mantendré despierta unos días
finalmente es bueno el té de corazón alucinado.
Lo recomiendo.
¿Por qué no puede ser más simple la tormenta en el mar que, ciegos, navegamos?
Lo que mi corazón alucinado en agua hirviendo dice es que quiero creer, quiero estar viva, quiero negar esta vez el abismo: el mío personal.
Atrás gritan las viejas bocas las palabras de siempre.
Y el futuro es una niebla de sapos, de guerreros dormidos, de furores cansados y algún que otro jilguero.
A veces el amor tiene rodillas rotas y sin embargo continúa el camino, sangrando, con los ojos llorados; con la esperanza que agoniza en los dedos. Él sigue: va cambiando sus viejas vestiduras y persiste de desastre en desastre para que, a veces, se estrenen maravillas.
Y los jilgueros en la línea de bruma de la tarde cantan.
Todavía.
Su canto es verdadero.
Porque no hay otra cosa que la verdad para cantar.
Es la única flor que los siglos mantienen intacta aunque caiga la lluvia.
La tristeza es una trampa húmeda y las tisanas de corazón alucinado saben a muerto pronto.
Desde el alcázar del dolor no se ve la mañana.
Hay que curar esto con palabras que sepan a verdad.
Lo demás es el agua que queda en el fondo de la taza: congelada, vacía y corre veloz por el caño a la calle.
El amor tiene rodillas rotas, pero camina.
Con sus vestidos de ayer, con los de ahora: siempre camina.
Siempre: es decir, todos los días que me quedan en esta frágil vida.
camina y oh afortunadamente todo cambia.
no tengo remedio! así despierte echo a soñar algo nuevo.
pero por ahora... me mantendré despierta unos días
finalmente es bueno el té de corazón alucinado.
Lo recomiendo.
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