Ir al contenido principal

02 de octubre de 2016

Llovía como llueve cuando el cielo se desfonda. Pensé que se lavaba nuestra historia de tanta sangre, vi a una niña imaginando jugar con la lluvia en una ventana de mi pueblo.

 Llovía, no imaginé que Dios estaba roto. Agua, algunas ráfagas más tupidas y un viento helado colándose en el pelo, en la ropa, entre la sombrilla.

Y entonces a esa hora las 4 de la tarde...
 todo empezó con esperanza de un SÏ, un Sí que cambiaría la historia y, luego, nada, un NO se imponía como un muro intrepable. Pensé en los muertos: en esos, en los míos, en los que todos tenemos en algún pliegue del cuerpo.

Y como una sirena el NO penetraba en mis ojos al compás de la lluvia: fría, finita e incesante.
La sirena era un pedido de auxilio, de justicia, de memoria.

Me revolvía el alma. Volaba entre el techo de paraguas que no nos cobijaban. Hice lo que hago siempre cuando algo me asalta: lloré porque las lágrimas reparan las heridas y son el agua con que regar la confianza en que algún día el mundo será un sitio sin ninguna tormenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El suspiro

Voy a bordar un camino de pájaros que termine en el nido que me ofrecen tus manos. Voy a tejer un abrigo de luces que termine en la risa que me alberga en las noches. Voy a zurcir mi canto para que suene como un cristal en tus oídos suavecito. Después me dormiré y nada importará porque te quiero.                                                                         El suspiro.

Una de las chicas rebeldes de la literatura

La madre superiora de la orden Jerónima exhortaba a Sor Juana : - Es inadmisible que leáis hasta muy entrada la noche. Debéis comprender que los estudios en las mujeres son cosas que rechaza la Santa Inquisición, porque en ellos no hay nada bueno . La inmediata respuesta de Sor Juana fue. -¡Vos sois una tonta y más que tonta . Escandalizada la madre superiora pidió ayuda al arzobispo de México, amigo de Sor Juana. - ¡Imagínese su paternidad que la susodicha Sor Juana llegó a decirme “tonta y más que tonta”! A lo que monseñor contestó: -Muy bien, madre priora, pruebe su reverencia lo contrario y se le hará justicia. Delfina Careaga

Mi cartografía

Ilustra Peter Revonkorpi Yo, tengo pies visibles con dedos de raíces en espiral y alas invisibles cosidas con nostalgia de siglos, con ellos recorro y sobrevuelo mi mapa, alguien dejó en el árbol de la familia una brújula dormida. Solo sirve cuando quiero ver para atrás. Hay que tener coraje para usarla cuando quiero ir  hacía adelante porque  me lleva a recovecos, encuentros y desencuentros. Me señala territorios de espinas, parajes de desamor, me lleva de nariz hasta mis propios abismos. Entonces la abandono y me dejo guiar por la rosa de los vientos, el canto del gallo, la luna que vive en mi vientre y la voz de mis ancestras que cantan  en mi pecho antiguas oraciones, sigo la huella que me dejaron para honrarlas, ellas caminaron y danzaron antes que yo y  sin embargo ya no son los mismos pasos, ya no invoco las mismas diosas en lo oscuro de la noche cuando estoy perdida, ni voy donde los hombres que las silenciaron, me han nacido los ojos de otro color, y los lunares se d