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Y hubo una vez y tuve que contarlo...

Se lo voy a decir
Es necesario decirlo
por qué sino para qué esta palabra
Que las palabras nacen, crecen, se reproducen y mueren
lo sabe todo el mundo
Pasa igual con el día que muere por la tarde. Sí María Mercedes Carranza, mi gran poeta Colombiana, ojalá hubieras esperado para ver este día que no morirá en mí, que no es obvio como las olas y sí posible como el verde y largo croché, un día que amanecí vestida de esperanza, tan remendada, tan incompleta, pero auténtica, brillante sobre mí y mi País. Hoy celebramos un acuerdo histórico y faltarán más para estar en paz. Es hora de las manos para limpiar el desorden, para sembrar y cuidar esta paz como una semilla que necesita de todos. Hoy este gran paso cambia el curso de la historia. Estar feliz es poco. Gracias vida.

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El suspiro

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Opaco: Póngale 6.377.482 de estrellas mirando y no, no te refleja ni la milésima parte del brillo de media. Nada que hacer. El país sigue en manos del odio. Opacidad: Una sensación, apenas. Una lucidez que no se define y va. Depende de su propia densidad para que la luz se abra paso con fuerza o tal vez con libertad o quede atrapada en su propia maraña de moléculas. Así, como si fuera un ópalo cuya constitución de agua varía y el agua es ese espejo de la luz. Más luminoso ahora que empieza a amanecer.